PATRONA DE LOS MINEROS
4 DE
DICIEMBRE: SANTA BÁRBARA
Santa Bárbara fue una virgen y mártir cristiana del siglo III, forma parte de la lista oficial del martirologio de la Iglesia Católica y según el calendario o santoral Católico su fiesta se celebra el 4 de diciembre.
Según la tradición cristiana, habría nacido en Nicomedia, cerca del mar de Mármara, hija de un rey sátrapa de nombre Dióscoro, quien la encerró en una torre. El motivo del encierro pudo haber sido para evitar que los hombres admiraran su belleza y la sedujeran, o para evitar el proselitismo cristiano. Durante una ausencia de su padre, Bárbara se convirtió al cristianismo, y mandó construir tres ventanas en su torre, simbolizando la Santísima Trinidad. Su padre se enteró del significado del simbolismo de estas ventanas y se enfadó, queriendo matarla. Por eso, Bárbara huyó y se refugió en una peña milagrosamente abierta para ella. Atrapada pese al milagro, se enfrenta a su destino.
Las reliquias fueron trasladadas a Venecia en (991 – 1009)
(Texto recogido en wikipedia)
Son varios los profesionales que la tienen como patrona y en particular, como es bien sabido por todos nosotros, es la patrona de los mineros. Tradicionalmente, el cuatro de diciembre amanece por nuestra tierra con el sonido de los barrenos con que los mineros festejan a La Santa. Esos barrenos con que se rompen las entrañas de nuestros montes para poder extraer el carbón en ellos guardado.
En las cuencas mineras asturianas le dedican un
himno llamado Santa Bárbara Bendita, que los de Llombera hemos cantado en infinidad de
ocasiones y que siempre entonamos con gran emoción; Unos pequeños fragmentos:
Santa Bárbara Bendita, tralará lará lalará (bis)
Patrona de los mineros, mira,
mira
Marusina mira,
mira cómo
vengo yo (bis)
En el pozo "María Luisa", tralará lará lalará (bis)
murieron cuatro mineros, mira,
mira
Marusina mira,
mira cómo
vengo yo (bis)
Tengo la cabeza rota, tralará lará lalará (bis)
que me la rompió un costero, mirá,
mira
Marusina mirá,
mira cómo
vengo yo (bis)……..
*******************************************
“En Llombera, como en la mayoría de los pueblos de la comarca, la mina fue nuestro medio de vida compaginándolo también con las tareas agrícolas y ganaderas.
La precaria situación económica que esta comarca vivió en la posguerra, motivó que, el trabajo de sus gentes, se diera con especial dureza: Largas jornadas laborales donde, a menudo, tenían que quedar a doblar, (doblar se llamaba a tener que trabajar otras tantas horas, después de haber terminado la jornada normal), escasez de comida en la fardela, deficiente indumentaria y el cansancio acumulado del trayecto hasta la mina (que había que hacer andando) especialmente difícil en invierno, con grandes nevadas y ventiscas. Este trayecto solía hacerse en grupos de tres o cuatro mineros para ir turnándose haciendo senda a través de la nieve y protegiéndose de las torvas y el viento, ayudados de las cachas para poder mantener el equilibrio y alumbrándose con las linternas (antiguamente con candiles); A veces oían aullar los lobos, incluso en ocasiones, llegaban a verlos.”… (Texto recogido en la página web: Llombera.org).
Es hermoso recordar aquel rugir de las navariegas de nuestra infancia y el ansia con que esperámos a nuestro padre y de paso, a ver si nos traía en la fardela algún “regalín de la vieja el monte” que no era otra cosa que un cachuco de pan de la merienda que él había dejado con toda la intención…
También viene al caso recordar aquel versuco que, a modo de oración, le dedicábamos a Santa Bárbara cuando los truenos de alguna tormenta, nos hacían temblar de miedo:
“En Llombera, como en la mayoría de los pueblos de la comarca, la mina fue nuestro medio de vida compaginándolo también con las tareas agrícolas y ganaderas.
La precaria situación económica que esta comarca vivió en la posguerra, motivó que, el trabajo de sus gentes, se diera con especial dureza: Largas jornadas laborales donde, a menudo, tenían que quedar a doblar, (doblar se llamaba a tener que trabajar otras tantas horas, después de haber terminado la jornada normal), escasez de comida en la fardela, deficiente indumentaria y el cansancio acumulado del trayecto hasta la mina (que había que hacer andando) especialmente difícil en invierno, con grandes nevadas y ventiscas. Este trayecto solía hacerse en grupos de tres o cuatro mineros para ir turnándose haciendo senda a través de la nieve y protegiéndose de las torvas y el viento, ayudados de las cachas para poder mantener el equilibrio y alumbrándose con las linternas (antiguamente con candiles); A veces oían aullar los lobos, incluso en ocasiones, llegaban a verlos.”… (Texto recogido en la página web: Llombera.org).
Es hermoso recordar aquel rugir de las navariegas de nuestra infancia y el ansia con que esperámos a nuestro padre y de paso, a ver si nos traía en la fardela algún “regalín de la vieja el monte” que no era otra cosa que un cachuco de pan de la merienda que él había dejado con toda la intención…
También viene al caso recordar aquel versuco que, a modo de oración, le dedicábamos a Santa Bárbara cuando los truenos de alguna tormenta, nos hacían temblar de miedo:
“Santa Bárbara Bendita
en el cielo estás escrita
con papel y agua bendita”
y a continuación: Padre nuestro que estás en los cielos………
Bueno, algunas todavía seguimos el ritual, cuando la ocasión lo requiere...... Normalmente, sólo en caso de apuro mayor... Con razón el dicho: “Sólo te acuerdas de Santa Bárbara cuando truena” (que se viene aplicando cuando alguien recuerda algo o a alguien rara vez).
**********
Que esta festividad de Santa Bárbara nos sirva, un año más, para sentirnos unidos en torno a nuestros recuerdos, nuestras vivencias… En definitiva, a nuestro querido Llombera.